La pertiguista cubana Yarisley Silva inicio la competencia de este pasado domingo en el Mundial de Atletismo con dos fallos sobre una altura bien discreta, 4.50 metros, y eso la condenó a los puestos de rezago en una prueba donde 8 de las 17 mujeres participantes superaron los 4.70 metros.
Silva fue una de esas que venció los 4.70 pero no pudo ir más allá y los dos fallos sobre la altura menor la condenaron al puesto onceno entre todas las competidoras.
Este resultado rompe la racha consecutiva que tenía en este tipo de certámenes, luego de haber ganado bronce en Moscú 2013 y Londres 2017, además de la medalla de oro en Pekín 2015.
La prueba se decidió en el último salto la rusa Anzhelika Sidorova, quien participa en el equipo de Atletas Neutrales Naturalizados por causa de las sanciones a Rusia por un escándalo de dopaje masivo, le ganó en a la estadounidense Sandi Morris.
La europea se llevó el oro al marcar 4.95 metros en su tercera oportunidad a esta distancia y la americana, al no poder superarla se quedó con 4.90 metros. El tercer lugar fue para la griega Katerina Stefanidi con 4.85 metros.
Hasta ahora la delegación cubana solo tiene una medalla y de bronce que fue a parar al cuello del saltador de longitud Juan Miguel Echevarría.
En cuanto a la actuación de otros cubanos en el triple salto dos de ellos se ubicaron entre los ocho primeros, son los casos de Cristian Nápoles y Jordan Díaz.
Nápoles demostró su buena preparación, repitió su presencia en una final mundial y con un salto de 17.38m aseguró el quinto lugar de la justa. Díaz también tuvo una buena presentación y con 17.06m cerró en el octavo puesto en su primera participación en un mundial de mayores. El antillano de 18 años abrió con un discreto 15.88m, para luego seguirlo con 16.86m y asegurarse en la final con 17.01m.
En la jornada dominical se vivió un emocionante momento con la final de los 100 metros planos para damas con la victoria de la jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce con un excelente tiempo de 10.81s.
