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La Habana: un detenido por venta ilegal de medicamentos en medio de escasez

El comercio informal de medicinas se ha convertido en un recurso de supervivencia, tanto para quienes venden como para los que las necesitan

En un escenario donde el propio régimen castrista ha reconocido su incapacidad para garantizar el abastecimiento de fármacos en las farmacias estatales, los ciudadanos recurren cada vez más al mercado informal como única alternativa para obtener los medicamentos que necesitan. Y en lugar de abordar el problema de fondo, las autoridades han intensificado su política de represión contra quienes comercializan estos productos.

Recientemente, el perfil de Facebook Ransel Londres, vinculado al Ministerio del Interior (MININT), informó sobre la detención de un joven en la calle Monte, en La Habana Vieja, por vender medicamentos controlados.

A pesar de divulgar detalles sobre la incautación de un importante lote de fármacos, no se especificó el origen de los mismos.

Según la publicación, en el operativo participaron “fuerzas del enfrentamiento”, que confiscaron una variedad de medicamentos, entre ellos Amoxicilina, Enalapril, Ciprofloxacino, Loratadina, Paracetamol, Metronidazol, Permetrina, Clotrimazol, Nistatina, Globetazol e Hidrocortisona.

El perfil oficialista insistió en que no puede haber “contemplación con la venta ilegal de medicamentos”. Sin embargo, convenientemente evitó hacer referencia a la grave crisis que obliga a la población a recurrir al mercado negro para acceder a fármacos básicos.

Ante la crónica escasez de medicamentos en la red estatal, la comercialización informal de estos productos se ha convertido en un recurso de supervivencia, tanto para quienes los venden como para los pacientes que dependen de ellos.

Muchos de estos fármacos provienen de importaciones realizadas por particulares y no de los hospitales o farmacias estatales.

A pesar de ello, el gobierno se mantiene firme en su política de criminalización. En enero de este año, extendió hasta el 30 de abril la exención del pago de aranceles para los viajeros que importen alimentos, artículos de aseo, medicamentos e insumos médicos sin fines comerciales, una medida paliativa que no soluciona el problema estructural del desabastecimiento.

El mes pasado, un operativo conjunto del MININT y el Cuerpo de Seguridad y Protección del Hospital Arnaldo Milián Castro de Santa Clara culminó con la detención de un asistente de la sala de geriatría, acusado de apropiarse de medicamentos e insumos médicos con la intención de venderlos. El nombre del implicado no fue revelado bajo el argumento de “razones legales”.

Mientras persista la crisis en el sistema de salud y el Estado continúe sin ofrecer soluciones efectivas, el mercado informal seguirá siendo la única opción para muchos cubanos que necesitan medicamentos para tratar sus dolencias.

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