La reina Isabel II de Gran Bretaña se encuentra en un estado delicado de salud, resguardada en el castillo del Balmoral, a donde toda su familia ha viajado para estar cerca de ella.
De acuerdo con un comunicado emitido por el Palacio de Buckingham, el príncipe Carlos, la duquesa de Cornualles, y el príncipe Guillermo han viajado a Balmoral para acompañar a la monarca, pues los médicos han expresado preocupación por su salud.
“Después de una completa evaluación esta mañana, los médicos de la Reina están preocupados por la salud de Su Majestad y la han recomendado que permanezca bajo supervisión médica. La Reina está tranquila en Balmoral”, señala la breve nota, citada por BBC.
La soberana británica, de 101 años, se encuentra muy delicada actualmente, aunque su salud ha desmejorado desde varias semanas, en las que ha permanecido en Balmoral, su residencia de verano.
El castillo fue adaptado a sus necesidades, pues enfrenta problemas de movilidad, ya que ante el riesgo de que contrajera COVID-19 en el palacio, reside en Balmoral desde hace meses, solo en compañía de la servidumbre y sus cuatro perros.
Este miércoles 7 de septiembre, por recomendación de los médicos, la reina se vio obligada a posponer de último momento una reunión telemática que tenía programada con su Consejo Privado.
Previamente, la monarca ya había cancelado otros compromisos de su agenda, pues no tenía suficiente energía. El más reciente de ellos fue el Braemar Gathering, el acto principal de los ‘Highland Games’, que no se había perdido nunca en sus siete décadas en el trono.
Los miembros de la Familia Real ya han sido informados de la situación y, tanto el príncipe Carlos, como la duquesa de Cornualles y el príncipe Guillermo, han viajado a Escocia para estar junto a ella.
Los otros tres hijos de la Reina, el príncipe Andrés, la princesa Ana y el príncipe Eduardo, también están camino a Balmoral. Pese a haber renunciado a la Familia Real, el príncipe Harry y su mujer, Meghan Markle, también están camino a Escocia, y estaban cerca debido a que este jueves tenían un evento en Londres.
Luego de que se diera a conocer el estado de la reina, se generaron las primeras reacciones de parte de políticos y religiosos de Reino Unido.
“Todo el país está muy preocupado por las noticias del Palacio de Buckingham (…) Mis pensamientos y los pensamientos de todas las personas del Reino Unido, están con Su Majestad la Reina y su familia en este momento”, escribió en Twitter la primera ministra británica, Liz Truss.
“Mis oraciones están hoy con la Reina. Que la presencia de Dios fortalezca y consuele a Su Majestad, a su familia y a quienes la cuidan en Balmoral”, escribió en la misma red el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
Por su parte, el presidente de la Cámara de los Comunes, Sir Lindsay Hoyle, dijo a los parlamentarios en sesión: “Sé que hablo en nombre de toda la Cámara cuando digo que enviamos nuestros mejores deseos a Su Majestad la Reina y que ella y la Familia Real están en nuestros pensamientos y oraciones”.
“Mis pensamientos están con Su Majestad la Reina y con su familia en estos momentos, y todos los ciudadanos del Reino Unido confiamos en su recuperación”, se pronunció el líder de la oposición, Keir Starmer.
El último acto oficial de la Reina Isabel II este martes 6 de septiembre, cuando recibió a la nueva Primera Ministra británica, Liz Truss, en un encuentro sin precedentes.
Debido a sus problemas de salud, la monarca celebró el tradicional besamanos en Balmoral y no en el Palacio de Buckingham. La reina Isabel II se mostró muy sonriente, aunque más frágil y delgada, ayudándose de su bastón para caminar.
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