Llegada de nueva central flotante a La Habana busca lidiar con los apagones
La patana, como se le conoce a estas estructuras, otorgará 80 MW al SEN, algo que no hará mucha diferencia ante los déficits que superan los 1.000 MW
En un intento por lidiar con los prolongados apagones que afectan a Cuba en medio de una profunda crisis energética, el régimen organizó la llegada de la central flotante turca Cankuthan Bey a La Habana.
La patana, como son conocidas estas estructuras, arribó este domingo a la bahía de La Habana, preparada para brindar su capacidad de generación de 80 MW al Sistema Energético Nacional (SEN).
De acuerdo con el medio independiente 14yMedio, esta unidad se suma a las cinco ya operativas en el país, aunque expertos destacan que su aporte es insuficiente para cerrar el déficit energético diario, que ha superado los 1.500 MW en las últimas semanas.
Proveniente de Panamá, la Cankuthan Bey es propiedad de la empresa turca Karpowership y fue incorporada a su flota en octubre. Cuenta con dimensiones de 85 metros de largo y 40 de ancho, lleva el nombre de Cankuthan Kurak, el ingeniero responsable de su diseño.
A pesar de su reciente llegada, la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) no ha ofrecido declaraciones oficiales sobre las condiciones de su alquiler, lo que ha generado especulaciones sobre los costos de este contrato.
Desde 2019, Karpowership ha enviado ocho centrales flotantes a Cuba, de las cuales actualmente operan seis. Estas unidades incluyen tres en La Habana (la Belgin Sultan, la Suheyla Sultan y la Erol Bay), una en el Mariel (la Ela Sultan), otra en Santiago de Cuba (la Erin Sultan) y ahora la recién llegada Cankuthan Bey.
Controversias por la contratación de patanas
A pesar de su utilidad, las centrales flotantes han sido objeto de controversias debido a sus altos costos y a problemas operativos, como el incendio ocurrido en septiembre en la Belgin Sultan, que dejó ocho heridos y dos muertos.
El costo de estas centrales sigue siendo un misterio en Cuba, aunque experiencias en otros países ofrecen referencias. Por ejemplo, en Ecuador, una central de 100 MW representó un gasto de más de 114 millones de dólares en 18 meses, mientras que en República Dominicana, dos unidades de 180 MW costaron 40 millones por 42 meses de operación.
La llegada de la Cankuthan Bey, convertida a partir del buque de investigación sísmica Ramform Viking, representa un nuevo intento por parte del régimen de estabilizar la red eléctrica cubana. Sin embargo, muchos lo ven como un verdadero desperdicio, pues el potencial precio no vale los 80 MW que otorga esta patana.