Magno espectáculo de danza cubana para celebrar a La Habana
El Teatro Mella de La Habana recibió al Grupo de Experimentación de Danza y Espectáculo Santiago Alfonso, en celebración por los 80 años de vida del maestro Santiago Alfonso y los 15 años de fundada la compañía que él dirige.
Como un homenaje a los 500 años de La Habana, temas clásicos como “El cuarto de Tula”, “Chan Chan”, “La Habana quiere guarachar”, “Conga Pello el Afrokán”, y otras con coreografías más contemporáneas que aluden al erotismo como “Trío de Jazz”, “Dúo Atracción” y “Barco negrero”, la muestra “De ayer y de hoy”, incluyó obras representativas que jerarquizan y distinguen la identidad y el sabor cubano.
En el magno evento estuvieron también los miembros del Circo Nacional de Cuba como invitados especiales de la noche, quienes, entre acrobacias y malabares, mostraron cómo se unen estas dos manifestaciones artísticas, el arte circense y el baile, logrando cautivar a todo el público presente.
De igual forma, destacó el homenaje al gran Benny Moré, con la canción “Oh vida”, coreografía interpretada por jóvenes egresados de la Escuela Nacional de Arte.
El escenario del teatro se engalanó con las coreografías de Santiago Alfonso Fernández, director artístico, bailarín, profesor y coreógrafo de vasta experiencia, Premio Nacional de Danza en el 2006 y director por excelencia del internacionalmente reconocido Show del Carabet Tropicana.
Durante una entrevista, el maestro Santiago Alfonso en torno al gran evento declaró que “no es un mérito solo mío, sino fruto de un trabajo en equipo” y aseguró que el motivo de la mágica noche fue “demostrar lo que aportamos a la danza internacional, lo que aportamos desde nuestra cultura, desde nuestros conceptos, desde nuestra estética, a la estética internacional. Mostrar que ser bailarín cubano es algo serio, no es nada superficial. No se puede asumir la música cubana ni el baile cubano con “meneítos”, hay algo más, hasta menearse hay que saber hacerlo bien. Nuestra manera de movernos es muy elegante, siempre lo fue. No es ni vulgar ni grosera ni agresiva, al contrario, hay algo que sale de adentro con mucha insinuación. Esta es una cultura de cosas insinuadas, de cosas que se tiran, pero con una distancia; así me lo enseñaron a mí, así lo aprendí de mis padres, de mi entorno social, y por eso siempre he tratado de proyectarlo, y así defender nuestra cultura”, concluyó el maestro al celebrar sus 80 años de vida.