Masones protestan en la Gran Logia de Cuba por intromisión del régimen
La organización acusa al régimen de injerencia al anular la expulsión del Gran Maestro Mario Urquía, acusado de robar dinero de la Logia
Los masones cubanos están molestos por la intromisión del régimen castrista en los asuntos internos de la organización, esto tras los problemas causados por el Gran Maestro Mario Urquía Carreño, acusado de robar casi 20.000 dólares pertenecientes a la Logia.
El enojo fue más aparente durante el martes 23 de julio, cuando más de un centenar de miembros de la organización protestaron frente a la Gran Logia de Cuba, en La Habana.
Los masones comenzaron a llegar a la Avenida Salvador Allende Nº 258 en Centro Habana, y poco después se trasladaron al onceno piso del edificio para que Urquía Carreño, quien permanece en al frente de la Logia por intervención del gobierno castrista, los atendiera.
Uno de los líderes de la protesta, Iriel Hernández Cobreiro, indicó al medio independiente CubaNet que necesitaban restaurar la moral y el orden de la Gran Logia de Cuba, por lo que propuso a Rubén, otro miembro de la logia, como portavoz en el diálogo con el régimen y Mario Urquía Carreño.
Los masones consideran el cargo de Urquía Carreño como ilegítimo, pues este ya había sido expulsado tras el escándalo del dinero robado, pero fue restituido por las autoridades cubanas.
“La masonería cubana está haciendo un justo reclamo. Urquía Carreño tiene una baja catadura moral para representarnos”, indicó Evelio Núñez, de la logia Eureka.
Este considera que Urquía fue impuesto en el cargo por parte de la Seguridad del Estado, esto para mantener vigilada a la organización, algo que considera una “injerencia” por parte del gobierno.
Pese a la expulsión hecha en enero y a las quejas que iniciaron desde marzo, al estar inscrita en el reglamento de asociaciones civiles, el Ministerio de Justicia del régimen emitió una resolución que dejaba sin efecto las acciones tomadas en contra de Urquía, por lo que este “sigue ejerciendo como jefe” ante el gobierno castrista.
De momento, los masones se mantienen firmes en su protesta, pues se niegan a que Urquía siga al frente de la organización luego de haber sido acusado del robo del dinero que estaba bajo su cuidado. En ese sentido, exigen una respuesta por parte del régimen y la salida inmediata del impuesto Gran Maestro.