Han salido a la luz más detalles sobre lo ocurrido este viernes 18 de noviembre en el municipio de Colón, en la provincia de Matanzas, donde un hombre asesinó a su propia madre y atacó a varias personas en una escuela cercana antes de quitarse la vida.
Según el medio estatal TV Yumirí, el sujeto fue identificado como Geovanis Padrón Abreu, de 46 años de edad, quien tenía antecedentes familiares de esquizofrenia.
Según la versión oficial, Padrón Abreu habría asesinado a su progenitora antes de dirigirse a la escuela primaria local ‘Eduardo R. Chibás’, en donde agredió a dos personas.
Una de las víctimas fue identificada por Radio 26 como Dianelis Torrens, quien indicó que el hombre llegó corriendo hacia ella y se le lanzó encima. Una vez en el suelo, Padrón tomó el arma y la enterró en su brazo izquierdo.
Unos trabajadores de la Empresa Eléctrica estaban cerca, y comenzaron a gritar cuando presenciaron el ataque. Esto provocó el sujeto saliera corriendo del lugar.
La mujer se mostró agradecida de la intervención de esas personas, pues está segura de que no habría salido con vida si las cosas no hubieran ocurrido así. Torrens indicó que logró reconocer al atacante, quien vivía en el mismo barrio que ella.
Las personas lesionadas fueron trasladadas al hospital, donde se confirmó que sus heridas no ponían en riesgo sus vidas.
Tras ese ataque, el sujeto se dirigió al edificio #33 del Reparto Frank País, en la calle Martorell, en el cual ingresó para subir a una de las plantas mal altas. Allí estuvo colgado de la ventana, con el arma aún en la mano, mientras varias personas observaban desde la calle.
Las grabaciones que se compartieron en redes sociales muestran cómo el hombre hablaba con las personas que estaban en la misma planta, algunas de las cuales intentaron convencerlo de entrar de nuevo al edificio.
Sin embargo, este sujeto se lanza desde las alturas, falleciendo al instante luego de impactar contra el suelo. El momento quedó grabado en las cámaras de los presentes, los cuales no pudieron hacer más que gritar ante lo inesperado del suceso.
Reiner Pereira Govea, docente de la escuela primaria en la que ocurrió todo, asegura que ninguno de los menores que estudia en el centro educativo salió lastimado.
“Muchos lloraron, pero enseguida los niños se recogieron para las aulas y no pasó nada”, aseguró.
