Si bien al principio todo parecía más un largo descanso que una salida permanente, el príncipe Harry y Meghan Markle renunciaron de forma definitiva al rol de Duques de Sussex que los ataba a la Casa Real Británica.
“El duque y la duquesa de Sussex han confirmado a su Majestad que no volverán a ser trabajadores de la Familia Real”, reza un comunicado oficial difundido a finales de semana por el Palacio de Buckingham.
En la nota se hace mención del intercambio sostenido entre Harry, Meghan Markle y la reina Isabel II, luego de que la pareja diera a conocer este nuevo capítulo en su vida, que les evade de todas las responsabilidades y funciones, hasta ahora, llevadas a cabo en su vida pública. Asimismo, el escrito expresa el profundo pesar que esta decisión genera a la soberana y al resto de la familia.
“Aunque su decisión nos entristece, el duque y la duquesa siguen siendo miembros muy queridos de la familia”, reza otra parte del escrito oficial.
Con ello, los ex duques de Sussex —quienes se encuentran esperando su segundo hijo— se desvincularon de forma definitiva de la Casa Real para poder desarrollar con más paz, tiempo y entrega su vida familiar. Antes del anuncio, el matrimonio solo ejercía “a medio tiempo” algunas de sus funciones pedidas desde palacio. Algo, que según revelaron fuentes cercanas a la revista People, no era lo que ellos esperaban.
Finalmente, y tras meses de especulación, la pareja empezará su vida de cero, sin ataduras.
Harry perderá sus títulos militares, pero permanecerá como titular de la fundación Invictus Games, a la que tanto esfuerzo y trabajo ha dedicado. Por otra parte, Meghan seguirá a la cabeza de varios proyectos benéficos como Smart Works Charity, destinado a desarrollar oportunidades laborales para las mujeres.
Un hermano para Archie Harrison
El anuncio de la salida definitiva de Harry y Megan del Palacio de Buckingham se produce solo días después que la pareja confirmara la pronta llegada de su segundo hijo.
La noticia, a su vez, coincidió con San Valentín y sirvió como homenaje a la princesa Diana, quien hace 37 años atrás también aprovechó el día de los enamorados para comunicar que estaba embarazada de su segundo hijo: el príncipe Harry.
En realidad, el palacio de Buckingham hizo el anuncio el día 13 de febrero de 1984 con el objetivo de que los periódicos pudieran publicar la noticia exactamente en San Valentín. “El secreto detrás de esa sonrisa: ¡un bebé!”, leía la portada de The Daily Mail junto a una fotografía de una princesa Diana, de tan solo 22 años y embarazada de dos meses.
El segundo hijo de Meghan y Harry, cuyo sexo aún se desconoce, se ubica octavo en la línea de sucesión al trono británico, después de su hermano Archie Harrison Mountbatten-Windsor, quien cumplirá 2 años el venidero 6 de mayo. Asimismo, será el quinto nieto para Carlos de Inglaterra, el décimo —u undécimo— bisnieto de la reina, dependiendo de si llega antes o después del bebé de Zara Tindall, hija de la princesa Ana y el primer bisnieto de Isabel II en nacer fuera de Gran Bretaña.
El “Megxit”
Lo cierto es que tras la renuncia oficial del duque y la duquesa de Sussex a sus roles como miembros de la familia real, este bebe —como su hermano— crecerá a miles de millas de distancia de la soberana de Inglaterra, el príncipe de Gales y los duques de Cambridge.
Pese al “Megxit”, el segundo hijo de Meghan y Harry seguirá teniendo derecho a sus títulos reales. Después de abandonar el Palacio de Buckingham en marzo de 2020, la pareja adquirió una mansión de 14 millones de dólares en Montecito, California y para conseguir su anhelada independencia financiera, firmaron acuerdos multimillonarios con empresas como Netflix y Spotify.
