Migrantes cubanos relatan lo vivido durante el asalto en Ciudad Juárez

Luego de que el pasado domingo por la noche, tres hombres armados y cubiertos de la cara con pasamontañas irrumpieran en un albergue de Ciudad Juárez, donde asaltaron y golpearon a un grupo migrantes cubanos que buscaban asilo político en Estados Unidos, hoy a las víctimas se les ha pedido no divulgar información al respecto.

Entre las víctimas se encontraban niños y ancianos, quienes ahora se han atrevido a relatar el lamentable suceso, quienes a punta de pistola fueron forzados a lanzarse al suelo, mientras eran despojados de documentos migratorios, celulares, dinero e incluso la ropa y artículos de limpieza.

Karelia, una pequeña que dice, era la primera vez en su vida que veía armas largas, asegura haber sentido mucho miedo por su vida y la de su familia, mientras que Elizabeth, su hermana de 13 años, se escondió junto a su abuela de 67, debajo de la cama. El abuelo, de 73 años, no tuvo la oportunidad de hacerlo, pero les había pedido que no hablaran, ni lloraran e incluso evitaran respirar si podían.

De acuerdo a Elizabeth, su abuelo fue golpeado con patadas por todo el cuerpo y agredido con el arma, “me daba mucha tristeza, yo quería defenderlo”, recordó la pequeña.

Por tal motivo, el cubano de 73 años prefirió regresar a la isla por temor a la violencia que actualmente se vive en México.

El temor de Karelia era mayor porque asegura escuchaba cuando las armas eran cargadas, por lo que creía que todo acabarían muertos.

Otro testimonio relata que “estaba acostado en la cama y de pronto empezaron las personas a correr. No sabía qué sucedía, Cuando voy a bajarme de la cama, viene una persona con el arma y me dice que me voltee, y me golpea, con la parte de atrás del arma, en la cabeza, en el hombro, en las costillas. Comenzaron a pedir los teléfonos, dinero, y se llevaron las maletas de las personas. Les pegaron y les dieron patadas. Me pegaron tres o cuatro veces, cuando llegaron y cuando se fueron”.

Todo lo ocurrido en la colonia Francisco I. Madero, de Ciudad Juárez, fue relatado por los cubanos, pese a haber recibido instrucciones de las autoridades de no decir nada sobre lo sucedido, “Nos amenazaron con echarnos si contactábamos con periodistas”. Por lo anterior, los testimonios recabados se hicieron de forma anónima para no ser afectados en algún trámite que pudieran estar realizando.