Mujer termina con parte de su nariz amputada a causa de una negligencia médica
Badiaa Zahri es el nombre de una mujer española de origen marroquí, quien al intentar obtener mejora física terminó con su nariz fuertemente maltratada (e incluso amputada) a consecuencia de una negligencia médica.
Todo empezó durante el año 2015, cuando Zahri acudió hasta las instalaciones de una clínica estética para realizarse un retoque en su nariz; luego de una consulta médica, el cirujano tratante le recomendó practicarse un procedimiento denominado rinoplastia cerrada.
Convencida de lo que este galeno le ofreció, se sometió a la cirugía que terminó siendo una real pesadilla; según lo que Zahri afirma, desde el momento en el que inició el postoperatorio se percató de que algo no andaba bien.
Hecho que se confirmó cuando acudió a consulta nuevamente para que le retiraran la escayola (yeso) que le dejaron luego del procedimiento, dejando ver que su nariz se encontraba “gravemente dañada, con hundimientos, marcadas cicatrices y excesivamente corta”; de esta manera quedó reflejado en la nota de prensa emitida por Lex Abogacía, bufete con el que la afectada decidió llevar el caso en vista de los resultados obtenidos.
A manera de justificación, el médico tratante alegó que estos resultados eran producto de una ulceración dejada por la escayola que debía usar la paciente en el momento del postoperatorio.
Sin embargo, luego de haber estudiado el caso a profundidad, se determinó que aunque el procedimiento sugerido era el correcto, este no se ejecutó de manera adecuada, eliminando mayor cantidad de tejido del que era necesario.
“El cirujano achacó el resultado a una ulceración causada por la escayola que la paciente portó tras la operación”, pero “los daños no derivaban de la escayola, sino de una ejecución negligente de la cirugía, causando a la paciente un triple perjuicio a nivel estético, funcional y psicológico (…) efectivamente la técnica quirúrgica empleada era la indicada, pero fue mal ejecutada, resecando más tejidos de los necesarios”; afirmaron los abogados a cargo del caso.
Este negligente procedimiento dejó a la paciente con fuertes lesiones físicas que le generan dificultad para respirar a través de su fosa nasal derecha (padecimiento que se denomina insuficiencia ventilatoria); además de alteraciones psíquicas, siendo diagnosticada con trastorno de ansiedad mixta y depresión, todo esto a consecuencia de la nariz recortada, asimétrica y llena de cicatrices que ahora aprecia en su cara al verse al espejo.
A manera de compensación por los daños generados en la paciente (quien ahora se siente incapaz de trabajar debido a que su oficio le exigía mostrar su cara constantemente al público) la misma deberá ser indemnizada con 69.880,30 euros; monto que sumado a los intereses podría alcanzar los 100 mil euros.