Recientemente nació en Estados Unidos el primer bebé proveniente de una madre con trasplante de útero, cuyo donante fue persona que había fallecido.
Según lo que explicaron los galenos a cargo del caso, todo salió favorablemente y tanto la madre como el bebé se encuentran en excelentes condiciones.
El nombre de la madre es Lindsey McFarland, una ciudadana estadounidense, quien luego de muchos tratamientos de fertilidad infructuosos (debido a un problema en su matriz) decidió hacerse candidata para realizarse un trasplante de útero con un donante fallecido.
De esta manera, en 2017, se pudo practicar la cirugía; y transcurridos dos años finalmente logró traer al mundo una hermosa y sana bebé.
El embarazo de McFarland cursó sin ningún inconveniente, y cuando estuvo a término, se tomó la decisión de practicarle una cesárea.
Para ello estuvieron presentes alrededor de 12 médicos, quienes se encontraban vigilantes ante cualquier escenario que pudiese presentarse; pero afortunadamente todo se desarrolló con total normalidad.
La cesárea se llevó a cabo en las instalaciones de la Clínica de Cleveland; y tanto el trasplante como la llegada del bebé formaron parte de un programa llamado “Trasplante uterino para el tratamiento de la infertilidad del factor uterino de la Clínica de Cleveland”
Por medio de este programa se busca “hacer que estos eventos extraordinarios sean comunes para las mujeres que eligen esta opción”; de esta manera lo declaró Andreas Tzakis, uno de los médicos especialistas a cargo del programa, quien además expresó gratitud para la fallecida mujer que se prestó para hacer realidad este éxito.
Aunque efectivamente el nacimiento de esta niña fue todo un éxito, para cantar victoria fue necesario recorrer un camino bastante largo.
De hecho, durante el 2016 se realizó un primer intento que no resultó favorable debido a que la fallecida donante padecía de una infección bacteriana que no pudieron determinar antes de llevar a cabo el trasplante.
Esta situación trajo como consecuencia varias complicaciones que llevaron a los médicos a tomar la difícil decisión de extraer la matriz trasplantada, dejando a la mujer que fue operada sin opción de realizarse un nuevo trasplante.
A pesar de que dicho escenario fue bastante difícil, sirvió como experiencia; ofreciendo luces y orientaciones que guiaron a los miembros del programa a hacer posible esta meta, por medio de la cual se ha logrado hacer realidad el sueño de una mujer.
Este hecho tiene precedentes en otras partes del mundo, como en Brasil, donde se realizó por primera vez durante el año 2018.
