Pablo Milanés: “En la Cuba revolucionaria hubo campos de concentración y yo fui uno de los enviados allí”
El reconocido músico cubano, Pablo Milanés, confesó que en los primeros años de la revolución, existieron en la Isla “campos de concentración”, a los que bautizaron bajo el nombre de Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP) y que él fue uno de los muchos jóvenes que fueron enviados allí por pensar de una manera distinta.
Entre 1965 y 1968, la Isla de Cuba vivió una época convulsa y una de las creaciones del comunismo para someter a los cubanos, fueron las UMAP, a lo que el cantautor cubano clasificó como “un asunto muy oscuro de la historia de la Cuba revolucionaria” y adonde fueron enviados miles de cubanos a “reeducarse” bajo las órdenes de Fidel Castro.
“Fue condenar a miles de muchachos jóvenes a campos de concentración simplemente porque pensaban libremente, ni siquiera porque pensaban lo contrario, sino porque eran librepensadores y tenían opiniones”, expresó Milanés en la entrevista que le hiciera con el diario chileno La Tercera.
Estas Unidades Militares estuvieron en funcionamiento durante aproximadamente tres años, y según contó el mismo Pablo Milanés, él fue uno de los detenidos en estos centros y sometido a trabajos forzados, aunque logró escapar y huir a La Habana, fue encarcelado posteriormente por desacato.
“Siempre lo recuerdo, pero nadie lo refleja nunca. Hago muchas entrevistas en Cuba y cuando hablo de las UMAP es como si hablara del diablo, porque es una pena que se lleva dentro, no han podido corregirla ni pedir perdón, tampoco por lo que hicieron”, dijo.
“Y no hablemos más de eso, porque fue un asunto muy muy oscuro de la historia de la Cuba revolucionaria: hubo campos de concentración. Fueron 50.000 jóvenes los que estuvieron en los campos de concentración, y entre ellos yo también”, agregó.
El periodista chileno de La Tercera, le preguntó luego de esta desconcertante confesión por qué siguió creyendo en la revolución después de esto. Y Milanés ni redundar mucho, le respondió: “Porque yo soy revolucionario. Ellos no, pero yo sí”.
El artista de 75 años ya no espera que el Gobierno cubano pida perdón por lo que le hicieron a estos miles de jóvenes cubanos “He dicho que pidan perdón, pero no lo han hecho”, concluyó.
Qué curioso que Pablo no hable de lo que sucedió después, de sus largos años cantándole loas a la Revolución y llegando a decir en una de ellas “preferimos hundirnos en el mar antes que traicionar la gloria que se ha vivido”. Eran los años en que él llegó a Diputado de la Asamblea Nacional del Gobierno y vivía como merecía y algo más. Pero tampoco cuenta que su egocentrismo le llevó a crear una fundación con su nombre… y se lo permitieron. Y un día, ya enfermo de poder, decidió cambiarle el objeto social a su fundación, cosa que nadie puede hacer en el mundo, porque eso es penado por las leyes y entonces, para no perjudicarlo, simplemente cerraron su fundación y desde entonces, es otro Pablo… pobre Pablo.
A Milanés le sucedió igual que a todos los defenestrados de la magnánima Revolución Cubana. Mientras son serviles y alaban el sistema, la élite gobernante los ensalza. En cuanto sacan las uñas “embriagadas por las mieles del poder” caen precipitadamente y les quitan los privilegios. !Así de simple!. Sólo así cambian de bando.