Piloto cubano que robó una avioneta rusa para escapar de la Isla gana caso de asilo político
Tras varios meses de angustia, el piloto cubano Rubén Martínez Machado, quien arribó a Florida el pasado mes de octubre a bordo de una avioneta rusa robada, finalmente ha ganado su caso de asilo político, con lo que podrá permanecer en los Estados Unidos.
De acuerdo con la cadena Univisión, fue el testimonio de otro piloto cubano el que terminó convenciendo al juez de inmigración de aprobar el asilo, mismo que había sido rechazado inicialmente.
Es importante recordar que, durante todo este tiempo, Martínez estuvo encerrado en un centro de inmigración en el condado de Broward, bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
El abogado del piloto, Eduardo Soto, indicó al citado medio que una de las piezas claves en el juicio fue el testimonio de su hermana desde Cuba, quien pidió que no devolvieran a Martínez a la Isla, o enfrentaría consecuencias graves en prisión.
De igual manera, las declaraciones de Roberto Marín, otro piloto cubano que obtuvo asilo político hace más de 30 años, ayudaron a su caso.
“Es bien injusto lo que están haciendo, es la primera vez que veo que a un piloto lo someten a tanto tiempo de prisión”, dijo Marín al ser cuestionado sobre porqué ayudó a Martínez.
Marín presentó ante la corte un listado de ocho pilotos cubanos que entraron al país a bordo de aeronaves estatales, los cuales ganaron asilo político al no poder regresar a la Isla. A su parecer, estas personas fueron aceptadas sin tanto problema, por lo que era injusto que Martínez fuese sometido a tantos juicios.
“Entraron a este país y no pasaron por este proceso tan penoso”, agregó el piloto.
Por su parte, el medio Telemundo 51 indicó que Martínez saldrá en libertad este viernes 24 de febrero, luego de que le concedieran su asilo político en la corte.
El joven de 29 años, originario de Santa Clara, arribó a Florida el pasado 21 de octubre a bordo de una avioneta Antonov AN-2, la cual pertenecía a la Empresa Cubana de Servicios Aéreos (ENSA).
El piloto utilizaba esa avioneta para fumigar campos de cultivo, pero ese día tomó la decisión de dar la vuelta y no regresar a la pista de aterrizaje, sino de continuar hacia el norte con destino a los Estados Unidos.
La aeronave arribó al condado de Collier, cerca de los Everglades, en donde solicitó poder aterrizar en la pequeña pista del aeropuerto Dade-Collier, en Ochoppee.
