Todo indica que el Gobierno cubano ha dado luz verde para arremeter contra el cantautor Descemer Bueno, ahora que ya no podrá ser usado otra vez para ninguna campaña propagandística enfocada a la juventud comunista.
Después de pedir a la comunidad cubana “votar por Donald Trump”, el polémico artista ha comenzado a ser atacado desde los mismos medios de comunicación que un día alabaron su trayectoria artística.
Como suele suceder con muchos “desterrados”, para las autoridades de Cultura ahora Descemer Bueno es un mal agradecido, un hombre que por ser negro nunca hubiera alcanzado la fama de no ser por la llegada de la Revolución y de Fidel Castro a Cuba.
Así lo consideró al menos el articulista de la poco leída revista La Jiribilla, Antonio Rodríguez Salvador, original de Taguasco, Sancti Spíritus. “Ciertamente, se desinfló Descemer”, escribió Antonio.
“Pero ¿quién era Descemer Bueno en el año 1980? Un niño de piel negra, nacido en una familia muy humilde (…) Pudo desarrollar al máximo su talento, porque al matricular en la escuela de música Manuel Saumell —quizá la mejor de Cuba en el nivel elemental—, su familia no tuvo que pagar ni un centavo, ni entregar las cédulas electorales a un político, según era habitual en la Isla antes de 1959”.
Según Antonio, Descemer no debería tener siquiera el derecho de vivir donde estudió muchos años, en el “lujoso” barrio del Vedado, en La Habana, “donde jamás se le dio entrada al Benny por el color de su piel”.
“En mi natal Taguasco usábamos una frase para caracterizar a quien amenaza y ofende de lejos, sin que, en realidad, tenga los méritos y el valor del que busca ofender: ‘Eso es relincho de caballo capado’”.
Después de varios párrafos donde critica su apoyo a Trump y le recuerda al cantante que en Miami también sufrió “censura”, Antonio concluyó: “Caramba, Descemer, cómo te has equivocado de potrero. En este de acá, los caballos permanecen enteros”.
