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Excarcelaciones frenan antes de liberar al artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara

Durante su tiempo detenido, el activista ha denunciado condiciones extremas y reiteradas violaciones de sus derechos humanos

La liberación de presos políticos en Cuba, que había generado expectativas de cambio, parece haberse paralizado desde que el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, incluyera nuevamente a la Isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo.

Según reporta Radio Martí, esta iniciativa, que parecía ser un avance en materia de derechos humanos, únicamente ha beneficiado a cuatro artistas hasta el momento. Mientras tanto, al menos 17 creadores de contenido siguen detenidos, enfrentando no solo la privación de libertad, sino también el constante peligro de ser sometidos a tratos inhumanos o torturas.

En un acuerdo alcanzado durante el gobierno del expresidente estadounidense Joe Biden, y que contó con la mediación del Vaticano, la dictadura cubana prometió liberar a 553 presos políticos. Sin embargo, el cumplimiento de este compromiso se ha visto detenido, dejando en prisión a figuras clave del activismo cultural y político en la Isla.

El Observatorio Cubano de Derechos Culturales (OCDC) ha informado que entre los detenidos figura Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro, conocido por su oposición al régimen y su lucha por la libertad de expresión en Cuba.

Durante su tiempo en el centro penitenciario de Guanajay, el activista ha sufrido y denunciado condiciones extremas, reiteradas violaciones de sus derechos humanos y realizó al menos seis huelgas de hambre para exigir su liberación.

Además, ha padecido diversas enfermedades y ha estado sometido a restricciones que incluyen la limitación de visitas regulares. A pesar de las dificultades, Otero Alcántara transformó su arte en una forma de resistencia, creando desde su celda la obra “Fe de Vida”, una crítica contundente a la Bienal de La Habana y a la complicidad de ciertos sectores del arte con la maquinaria represiva.

Otero Alcántara lleva años demostrando una marcada oposición al sistema cubano. Su primer arresto de relevancia ocurrió en 2017, cuando organizó la Bienal #00 de La Habana, un evento independiente que desafiaba a la Bienal oficial.

En 2019, fue detenido nuevamente por su performance “Drapeau”, en la que cuestionó las restricciones al uso de la bandera nacional. En 2020, intentó protestar frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión contra la censura de un beso entre personas del mismo sexo en la televisión nacional, lo que también resultó en su detención.

En noviembre de ese mismo año, participó en una huelga de hambre colectiva liderada por el Movimiento San Isidro, que provocó una fuerte represalia gubernamental.

En abril de 2021, otra huelga de hambre llevó su situación a la atención internacional, consolidándolo como una figura central en la lucha por los derechos civiles en la isla. Su colaboración en el videoclip “Patria y Vida”, interpretado por Yotuel Romero, Gente de Zona, Descemer Bueno, Maykel Osorbo y El Funky, lo posicionó como un icono de resistencia.

En julio de ese mismo, el artista fue detenido por el régimen mientras intentaba llegar a las históricas manifestaciones del 11J.

Aunque fue reconocido por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo en 2021, el régimen continuó reprimiéndolo, y en junio del 2022 fue sentenciado a cinco años de prisión, en un claro intento de acallar su voz.

Pese a que el régimen insistió en que estas liberaciones no tenían que ver con ningún acuerdo con EEUU, el tiempo de la paralización deja en evidencia la naturaleza convenenciera de las excarcelaciones.

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