Régimen anuncia la desaparición de la Cadena Cubana del Pan
De acuerdo con el primer ministro de la Isla, las funciones y competencias de EMPAN serán transferidas a los municipios
Durante una de las últimas sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), el primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, confirmó la inminente desaparición de la Cadena Cubana del Pan (EMPAN), una empresa estatal fundada en 2003 bajo la dirección del dictador Fidel Castro para garantizar la producción y distribución de pan en el país.
De acuerdo con el argumento del funcionario, mantener una empresa nacional de este tipo no tenía “sentido” en el actual contexto económico y social del país, por lo que se había llegado a la conclusión de que debía desaparecer.
Marrero explicó que, como parte de un proceso de descentralización programado para el 2025, las funciones y competencias de EMPAN serán transferidas a los municipios. Este cambio busca presuntamente mejorar la eficiencia y adaptabilidad de los servicios locales.
Modelo ineficiente
La decisión de desmantelar EMPAN llega tras años de dificultades que han obstaculizado sus funciones. La empresa enfrentó serios problemas en la obtención de insumos clave como harina de trigo, aceite vegetal y azúcar, limitaciones que llevaron a la paralización de gran parte de su producción.
En algunos territorios, la EMPAN estableció alianzas con Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) para acceder a los insumos. Estas Mipymes, que tienen capacidad para importar harina de manera independiente, se convirtieron en un recurso vital para la continuidad de la producción.
Sin embargo, esta solución elevó los costos operativos, trasladando el impacto a los precios finales. Un pan que anteriormente costaba entre cuatro y ocho pesos cubanos (CUP) hoy resulta inaccesible para gran parte de la población.
En provincias como Sancti Spíritus, este modelo de encadenamiento fue crucial para mantener una oferta mínima de pan, pero a un costo significativo. El precio de un pan de 100 gramos, que solía comercializarse a tres CUP, se disparó hasta los 30. En Cienfuegos, el director provincial de EMPAN, Raúl Valdés Mantecón, reveló que llevan un año sin recibir harina del balance nacional, dependiendo completamente de las Mipymes para obtener la materia prima.
La desaparición de EMPAN deja en evidencia las limitaciones del modelo estatal cubano en sectores esenciales, pues la burocracia, la falta de innovación y los problemas logísticos han impedido que las empresas respondan eficazmente a las necesidades del pueblo.
Aunque las Mipymes han demostrado ser más eficientes en la provisión de insumos, su capacidad para cubrir la demanda está muy restringida debido al asfixiante control gubernamental y los altos costos en la Isla.
En ese sentido, un mercado privado regulado podría ser una alternativa viable, aunque es muy poco probable que el régimen castrista esté dispuesto a renunciar al poder que le trae controlar los alimentos en la Isla, incluso si esto beneficia en gran medida a su propio pueblo.
Ahora, el verdadero impacto de la eliminación de la EMPAN dependerá de la capacidad de los municipios para asumir sus responsabilidades y de la voluntad del gobierno para permitir una mayor participación del sector privado.
