La cantante Rihanna se convirtió en la mujer más rica de Estados Unidos con una fortuna iniciada desde cero, con un valor estimado de 1.4 mil millones de dólares.
De acuerdo con la revista Forbes, la cantante, originaria de Barbados es la mujer con la mayor nueva fortuna en el país norteamericano, y la única en el listado de acaudaladas con menos de 40 años.
Rihanna, de 34 años, amasó su cuantiosa fortuna a partir de éxitos musicales y una serie de inversiones en empresas personales, como sus líneas de ropa, zapatos y maquillaje.
La intérprete de Umbrella no heredó un solo centavo de su patrimonio actual, y aunque en el conteo general de acaudaladas ocupa el puesto 21, esto hace destacable su caso.
Rihanna, además de estrella pop y actriz, es la CEO de Fenty Beauty, un conglomerado de productos de belleza que tiene tres líneas minoristas: Fenty Beauty, Fenty Skin y Savage X Fenty.
En marzo, Bloomberg informó que la lencería Savage X Fenty podría estar valorada en 3.000 millones de dólares. Rihanna posee el 30% de esa empresa.
La intérprete de Diamonds también es propietaria de la mitad de Fenty Beauty, que generó 550 millones de dólares en ingresos en 2020.
A pesar de su enorme fortuna, Rihanna no es ambiciosa, y ha dedicado mucho de su dinero a causas benéficas, incluyendo varias en su natal Barbados.
En 2012, Rihanna inició un fondo filantrópico, la Fundación Clara Lionel (CLF), para “apoyar y financiar iniciativas innovadoras de educación y resiliencia climática”, según su sitio web.
“Mi dinero no es para mí; siempre es el pensamiento de que puedo ayudar a alguien más. El mundo realmente puede hacerte creer que las cosas equivocadas son la prioridad, y te hace extrañar la esencia de la vida, lo que significa estar vivo”, declaró en entrevista.
Rihanna comenzó su carrera en el 2003, en una audición para el productor musical Evan Rogers, y más tarde, firmaría un contrato de seis álbumes con Def Jam.
En 2005, lanzó su álbum debut Music of the Sun, seguido por su segundo material discográfico A Girl Like Me, aunque sería su tercer álbum de estudio, Good Girl Gone Bad, de 2007, el que la llevaría a la fama mundial con éxitos como Umbrella y Don’t Stop The Music.
