La rosa de Cuba, un ícono en la escena nacional, Rosa Fornés, cumple hoy 97 años, una edad como para reverenciar en cualquier caso y aún más para una mujer que sigue siendo una estrella.
Hace alrededor de cuatro meses el compositor y cantante cubano Meme Solís la invitó a actuar en su Gala Homenaje en Miami, ciudad donde reside junto a su familia desde hace algunos años.
El público pudo comprobar así su mantenida belleza, su vocación irrevocable por la música y la admiración que despierta todavía entre el público cubano.
Erigió una carrera artística versátil y sólida, y cosechó especialmente el respeto y la admiración del público.
“Me encantaba mi trabajo, subir al escenario era mi mejor momento. Mi relación con el escenario ha sido mi vida. (…). Ahí fue donde yo logré el máximo de mi felicidad. Tuve la suerte de cultivar diversos géneros. Y disfruté hacerlos, yo lo disfrutaba todo”.
Debutó en el Teatro de la Comedia de La Habana en 1941 y destacó especialmente en el canto lírico. Brilló en el teatro, el cine, la televisión, la radio, bailó, cantó, actuó con excelente nivel interpretativo y fue por ello considerada la primera vedette de Cuba.
Su nombre real, Rosalía Lourdes Elisa Palet Bonavia, casi nadie lo conoce. Rosita Fornés, es el apelativo con que los cubanos de muchas generaciones, testigos o no de su vida artística, la conocen y la admiran.
