El gobierno de Rusia está acusando a Ucrania de un presunto ataque realizado al Kremlin con dos drones el pasado martes 2 de mayo, con el que supuestamente planeaban asesinar al presidente ruso Vladímir Putin.
Las autoridades rusas calificaron este hecho como un acto terrorista, aprovechando la oportunidad para asegurar que sus fuerzas de seguridad respondieron de manera acorde a la situación.
Dmitry Peskov, portavoz del gobierno ruso, indicó que el presidente Putin no se encontraba en el edificio al momento del ataque, pues estaba laborando desde la residencia de Novo-Ogaryovo
De igual manera, el gobierno del Kremlin indicó que se reservará el derecho de tomar represalias donde y cuando lo considere oportuno, al mismo tiempo que Ucrania ha negado rotundamente estar involucrada en el incidente.
“Ucrania no tiene nada que ver con los ataques con drones contra el Kremlin, esto sería un acto innecesario porque no resuelve ningún problema militar”, dijo el consejero presidencial ucraniano Mikhailo Podoliak.
Tras lo ocurrido, el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, prohibió todo vuelo no autorizado de drones sobre la capital de Rusia.
Imágenes que circularon en línea mostraron el momento en el que uno de los drones explotó encima de la residencia presidencial, sin embargo, no se reportaron lesionados ni víctimas mortales.
Adicionalmente, se informó que los daños materiales fueron mínimos, lo cual, sumado al hecho de que se haya hecho énfasis en el eficiente trabajo de la seguridad rusa, ha hecho a muchos sospechar que se trató de un ataque planeado por el mismo gobierno de Moscú para ser utilizado como propaganda.
Según un grupo de analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), el Gobierno ruso habría realizado esta táctica de “bandera falsa” para tratar de “llevar la guerra a la audiencia nacional rusa y establecer las condiciones para una movilización social más amplia”.
Este grupo no partidista, con sede en Washington, señala que las circunstancias apuntan a esto, pues hay varios factores que no concuerdan con la narrativa compartida por Rusia.
El ISW indicó que Rusia había aumentado recientemente su defensa aérea interna, incluso dentro de su capital, por lo que el paso de dos drones a través de dichas defensas suena difícil de creer, en especial porque los drones fueron derribados justo encima del Kremlin, proporcionando “imágenes espectaculares captadas por varias cámaras”.
En ese sentido, los analistas consideran que, el que un “ataque” haya logrado atravesar sus defensas y llegar a un objetivo tan importante, representaba una “gran vergüenza” para el gigante europeo.
El ISW afirma que si este incidente hubiera sido un ataque legítimo realizado al Kremlin, la respuesta del gobierno ruso no hubiera sido tan organizada y coherente a la hora de realizar acusaciones.
Por último, los analistas advirtieron que Rusia podría intentar más actos similares con el objetivo de desprestigiar a Ucrania.
“El Kremlin puede estar planeando realizar otras operaciones de bandera falsa y aumentar la desinformación antes del inicio de una contraofensiva ucraniana para aumentar el apoyo interno a la guerra”.
