El pasado jueves, el mandatario designado Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), pusieron fecha de inicio al tan temido proceso de unificación monetaria, que supondrá la desaparición del peso convertible (CUC).
Conforme a lo leído por el mandatario, durante una transmisión especial de la Televisión Nacional, el llamado “día cero” tendrá lugar el venidero 1 de enero de 2021.
Asimismo, indicó que la “tarea de ordenamiento” se hará con una tasa de cambio única de 24 pesos cubanos (CUP) por cada dólar, pero alertó que este proceso en sí no “constituye una solución mágica” a la grave crisis económica que desde hace años azota la Isla. Una situación que también se vio agravada tras la llegada de la pandemia del coronavirus.
En consecuencia con la tarea lanzada por el Gobierno, el Ministerio de Finanzas y Precios publicó en la Gaceta Oficial de la República de Cuba el listado de salarios que comenzará a regir a partir del próximo año. El salario mínimo, por ejemplo, pasará a ser 2.100 CUP, unos 87 dólares al cambio actual.
No obstante, las autoridades reconocieron que es previsible una devaluación del peso cubano con respecto a la moneda estadounidense.
Más de treinta grupo salariales en Cuba
A la par, se anunciaron 32 grupos salariales divididos por escalas y por cantidad de horas (44/40) laborales a la semana.
Las ocupaciones de trabajadores de servicios se ubicarán desde el grupo I al VI (de 2.100/1.910 pesos hasta 2.660/2.415 pesos). Los trabajadores administrativos, desde el grupo III al VII (de 2.300/2.090, hasta 2.810/ 2.555) y los operarios, desde el grupo II al VIII (de 2.200/2.000, hasta 2.960/ 2.690 pesos).
Por otra parte, los técnicos estarán desde el grupo VII al XXV (de 2.810/ 2.555 pesos hasta 6.610/ 6.010 pesos) y los cargos de cuadros desde el grupo XVII hasta el XXXII (de 4.610/ 4.190 hasta 9.510/ 8.645 pesos). Los recién graduados, mientras cumplan el Servicio Social y no ocupen plazas, cobrarán 2.810 /2.555 pesos si tienen nivel Medio Superior. En el caso de los Técnico Superior será de 3.610/ 3.280 y los graduados de la universidad, 3.810/ 3.465 pesos.
Durante la tarea de ordenamiento también se mantendrán los pagos adicionales por condiciones laborales anormales, por turnos nocturnos y mixtos; así como por ostentar la categoría de Máster —o la Especialidad equivalente reconocida por el Ministerio de Educación Superior— y por el grado científico de Doctor.
Además, continuará el “coeficiente de interés económico social” —del 30% del salario básico— para aquellos trabajadores que laboran en el municipio de Caimanera, provincia de Guantánamo. También entran en esta categoría, las profesiones certificadas internacionalmente y los médicos, estomatólogos y otros profesionales que no ocupan plazas docentes pero imparten clases en Salud Pública.
Adiós para siempre “chavitos”
En los últimos meses, fueron varios los economistas que intentaron pronosticar el “día cero”. Sobre todo, porque de esta fecha dependen, en gran medida, los precios de productos en el mercado informal, así como los importes de las casas en venta, por solo citar algunos ejemplos. No es de extrañar entonces que disímiles negocios privados decidieron levantaron carteles, donde indicaban no aceptar el CUC, y las operaciones en el mercado negro comenzaron a hacerse en CUP o dólares.
En octubre, Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, advirtió de que el Gobierno subsidiará temporalmente a algunas de las empresas estatales que, durante el proceso de unificación monetaria, entren en pérdidas. ¿El objetivo? Evitar la caída del empleo y garantizar la supuesta producción de bienes básicos.
Como resultado de la dualidad monetaria, se desconoce el estado real de la contabilidad de estas entidades. Por tanto, varios expertos consideran que con la reforma, un buen número de empresas, aparentemente solventes, lleguen a estar en números rojos.
Los CUC, o “chavitos” como eran conocidos por la población, comenzaron a circular de forma masiva en 2004 para sustituir al dólar. La existencia de dos monedas introdujo una notable diferencia social entre quienes dependían de un salario y aquellos que recibían remesas. En un intento de avanzar en el proceso de unificación, en 2014 se autorizó que las tiendas aceptaran ambas monedas, pero esto solo acrecentó el abismo.
