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Selena Gómez está convencida de que las redes sociales son un peligro para su generación

El miércoles pasado, la cantante y actriz Selena Gómez asistió al Festival de Cannes, festival de cine que además de presentar filmes con presencia más independiente, significa también uno de los más grandes honores dentro de la industria del cine.

La joven de 26 años acudió al evento en compañía  de los otros artistas que forman parte del elenco de Los muertos no mueren, una película de zombis, dirigida por Jim Jarmusch, en la que sale muy mal parada.

La estrella del pop convertida en actriz, asegura estar convencida de que las redes sociales son “terribles” para su generación y explica que en todo momento intenta dar un buen ejemplo a sus 150 millones de seguidores en Instagram.

“El mundo está pasando por muchas cosas ahora. Lo que Jim trata de transmitir en este filme es que las redes sociales han sido terribles para mi generación”, comentó Gómez.

Selena hizo estas declaraciones justo después de que una adolescente en Malasia decidiera suicidarse esta semana, después de consultar con sus seguidores de Instagram, si debía o no quitarse la vida.

La estrella estadounidense hace un llamado a tomar conciencia de la cantidad de noticias falsas que circulan a través de las redes sociales, y que nadie puede contra eso, por lo que exhorta a los jóvenes sobre todo a que se informen para poder discernir entre lo que es real y lo que no.

“Me aterroriza ver hasta qué punto se exponen estos jóvenes”, expresó.

“No están al corriente de las noticias. Es peligroso que la gente no tenga la información adecuada”, aseguró.

Gómez y sus compañeros de reparto como Adam Driver, Bill Murray y Tilda Swinton, coinciden en que ni las celebridades ni las grandes empresas pueden hacer gran cosa por ahora para salvar a los jóvenes de esta realidad.

“Es casi imposible, no hay nada para bloquear [los contenidos], están expuestos de forma inmediata”, afirma.

La trama de la película del estadounidense Jarmusch, en liza por la Palma de Oro, se desarrolla en una pacífica localidad cuyo nombre es insignificante, Centerville, en el que de un momento a otro comienzan a suceder cosas extrañas: la luna está omnipresente, los animales se comportan de forma inhabitual… Es en ese momento que los habitantes se dan cuenta que los muertos están saliendo de sus tumbas para aniquilarlos salvajemente.

Gómez encarna el personaje de una hipster urbana, que se encuentra de visita al pueblo y cae en manos de los muertos vivientes, mientras Iggy Pop protagoniza a un zombi adicto al café, Murray y Driver son policías fatalistas, y Swinton, empleada de las pompas fúnebres, maneja el sable a lo Kill Bill.

A pesar de ser una película disparatada, está también anclada en la realidad: detrás de los zombis grotescos y sus banquetes sanguinolentos, el cineasta arremete contra los Estados Unidos de Donald Trump y la sociedad de consumo.

 

Con Información de El País

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