Sigue la crisis: apagones en Cuba por más de 1.000 MW de déficit
El sistema eléctrico cubano está plagado de deficiencias, mientras el régimen sigue invirtiendo en el turismo extranjero y no en su gente
La crisis energética en Cuba no frena, y este viernes 24 de enero, los cubanos enfrentan nuevamente cortes de electricidad que podrían durar varias horas debido a un déficit superior a los 1.000 MW en la capacidad de generación.
De acuerdo con el último parte de la estatal Unión Eléctrica (UNE), las interrupciones del jueves comenzaron a las 6:46 a.m. y se extendieron hasta las 9:51 p.m., alcanzando un pico máximo de afectación de 1.039 MW a las 6:20 p.m., con un impacto mayor en la región centro-oriental. Esta cifra superó la estimación inicial de 990 MW para ese día.
El viernes a las 6:48 a.m., se reportaron nuevos apagones, nuevamente concentrados en la zona centro-oriental debido a una alta transferencia de energía hacia esa región. A las 7:00 a.m., se mantenían 50 MW fuera de servicio en dicha área.
Para el horario pico, la UNE prevé una disponibilidad de 2.100 MW frente a una demanda máxima de 3.050 MW, lo que significaría una afectación estimada de 1.020 MW.
La crisis se ve agravada por la avería en la unidad 2 de la termoeléctrica Felton, mientras que otras tres unidades —en las plantas Santa Cruz, Cienfuegos y Renté— permanecen en mantenimiento. Además, limitaciones térmicas mantienen fuera de operación 386 MW adicionales.
A esto se suma la inactividad de 39 centrales de generación distribuida debido a la falta de combustible, lo que representa una pérdida de 178 MW para el sistema eléctrico nacional.
En 2024, Cuba enfrentó una severa crisis energética caracterizada por frecuentes apagones y una notable escasez de combustible, que no le impidió al régimen derrochar este recursos en sus propios eventos y en la comodidad de sus turistas extranjeros.
Factores como la infraestructura eléctrica obsoleta, la falta de mantenimiento y dificultades en la adquisición de combustible contribuyeron a esta situación.
Eventos como el colapso del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) en octubre y el impacto del huracán Rafael en noviembre agravaron la crisis, dejando a gran parte de la población sin electricidad durante días.
Aunque estas interrupciones afectaron servicios esenciales y provocaron protestas en diversas regiones del país, ninguna fue lo suficientemente fuerte para ejercer verdadera presión en las autoridades, con solo algunos “cacerolazos” esporádicos entre sus ciudades.