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Sobreviviente del derribo de los Hermanos al Rescate exige justicia

La mujer señaló el caso de Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, un piloto que participó en la operación y que ahora vive plácidamente en Florida

La ciudadana Sylvia Iriondo, presidenta de Mar por Cuba y sobreviviente del derribo de las avionetas de los Hermanos al Rescate a manos del régimen en 1996, compartió detalles sobre el incidente en el que perdieron la vida tres ciudadanos estadounidenses y un cubano residente legal en EEUU.

La sobreviviente exige justicia por lo ocurrido y por las víctimas del incidente. Esta también desea enjuiciar a los pilotos cubanos involucrados en el derribo, entre ellos  Luis Raúl González Pardo Rodríguez, expiloto de combate de la Defensa Anti Aérea y Fuerza Aérea Revolucionaria (DAAFAR) que llegó a Florida con ayuda del parole humanitario.

Durante una entrevista con el medio América TeVé, la sobreviviente relató cómo es que los cazas cubanos armados con misiles atacaron avionetas civiles de los Hermanos al Rescate durante una brutal operación aérea.

Las avionetas realizaban vuelos humanitarios para rescatar a balseros cubanos que huían por mar, rescatándolos y dándoles alimento. De igual manera, solían arrojan panfletos en contra del régimen castrista, algo que generó el descontento de la dictadura de Castro.

El 24 de febrero de 1996, aviones caza de la DAAFAR  atacaron a tres avionetas de los Hermanos al Rescate, esto sin advertencia ni negociaciones.

Este ataque no solo fue una masacre desigual, sino un acto de terrorismo de Estado, pues Iriondo recalca que Estados Unidos interceptó las comunicaciones entre los pilotos cubanos y sus bases, revelando la clara intención de matarlos.

De igual manera, recalcó que las avionetas se encontraban en espacio aéreo internacional, lo que invalida cualquier justificación por parte de Cuba, algo que el régimen ha negado desde hace décadas.

La mujer, que viajaba en la avioneta piloteada por José Basulto, líder del vuelo humanitario, dijo que este alertó a los pasajeros que los cazas cubanos iban a derribarlos, lo que llenó el ambiente de tensión.

Tras perder contacto las otras dos avionetas, Basulto observó una bengala en el horizonte que marcó el inicio del ataque.

Iriondo dijo que le rogó a su esposo, Andrés, volar en avionetas separadas, esto en caso de un accidente, pero que este se negó. Hoy en día, sabe que esa decisión les salvó la vida, pues Basulto logró ocultarse entre las nubes para evadir a los cazas cubanos.

Iriondo afirmó que llegó a contemplar la idea de que el piloto Luis Raúl González Pablo Rodríguez los dejó ir intencionadamente, pero al revisar las grabaciones interceptadas, concluyó que este no fue el caso, sino que se desvió y perdió la oportunidad de derribar la aeronave.

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