Trump advierte retiro de visas a países que contraten misiones médicas de Cuba
Funcionarios de naciones a las que la Isla comunista exporta sus esclavos profesionales podrían sufrir represalias en EEUU

El gobierno de Estados Unidos ha tomado una nueva decisión radical con objeto de frenar uno de los mayores ingresos de la dictadura de Cuba: las misiones médicas internacionales.
La nueva administración de Donald Trump está adoptando una línea más dura para el combate a los servicios profesionales exportados por Cuba: el retiro de los visados a sus patrocinadores.
La medida fue considerada por primera vez en febrero pasado, cuando el gobierno estadounidense advirtió que retiraría los visados de viaje a los funcionarios de los países que reciben a las brigadas médicas.
La política de Trump de cancelar visados a funcionarios de países que participan en el programa “está dirigida a estrangular la economía cubana mediante amenazas y coacciones a gobiernos y entidades de terceros países, reforzando así el cerco que han impuesto durante décadas”, dijo.
Actualmente la administración ha retirado ya cuatro visados a funcionarios de Cuba y Venezuela, pero extender el veto a funcionarios de otros países es una medida aún más severa, sobre todo considerando que muchos de los que contratan estos servicios son socios comerciales de EEUU.
En este panorama, algunos temen que la política de cero tolerancia de Trump pueda extender la retirada de visados eventualmente a los ciudadanos de países que cooperen con el régimen de Cuba, aunque no sean funcionarios.
La medida amenaza una de las principales fuentes de divisas de Cuba, en medio del éxodo masivo de sus ciudadanos, la crisis energética y la mayor escasez de alimentos e inflación de los últimos años.
Con su apogeo entre 2014 y 2020, durante la pandemia, las misiones médicas de Cuba se siguen realizando en la actualidad y desde hace años, enviando cientos de supuestos médicos cubanos a diferentes países para trabajar, generando millones de dólares anuales al régimen de La Habana.
El programa ha sido denunciado como esclavismo moderno, pues a pesar de cobrar aproximadamente 10 mil dólares por cabeza, el gobierno paga a los médicos solo entre 2% y 15% del dinero que los países pagan por su servicio, cantidad que además se les da hasta que termina la misión y vuelven a la Isla.
El programa, que ha sido contratado en países caribeños y africanos, pero también en naciones afianzadas como Italia y México, ha sido denunciado además por ser una estrategia de lavado de dinero de los gobiernos locales, que se reparten con el régimen cubano el dinero del erario y evitan invertir en sus propios sistemas de salud.
Dentro de estas acusaciones, destaca la poca preparación de los supuestos profesionales de la salud en las misiones, que varias veces han sido denunciados por médicos de los países locales por su inexperiencia al recetar y tratar pacientes, y su desconocimiento de procesos básicos como suturas y canalización.
Según funcionarios del gobierno, Cuba tiene actualmente a 24.000 personas colocadas en 56 países. El programa alcanzó su punto más alto en 2014, pero se redujo mucho cuando el gobierno de Brasil prohibió la contratación de sus servicios, y Venezuela ya no tuvo con qué pagarles.
Pese a todo, se estima que en conjunto, Cuba gana más de 4.000 millones de dólares al año exportando empleados del campo de la salud, según un estudio de Archivo Cuba, una organización de derechos humanos con base en Miami.
La Isla comunista también exporta personal de construcción, educación y otros trabajos cualificados, todos con deficiencias en su formación, y todos podrían estar pronto en la medida contra el enriquecimiento de la dictadura castrista.