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Trump firma orden para gastar más agua en los hogares: “Para mi precioso pelo”

El republicano se caracteriza por un desdén del cuidado ambiental, y levantó una restricción iniciada en los 90 para el cuidado del vital líquido

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump firmó este miércoles 9 de abril una orden ejecutiva que elimina las regulaciones federales sobre el flujo de agua lo que permitirá un mayor gasto del vital líquido por minuto.

La nueva normativa permite mayor presión en las duchas, algo que el empresario justificó argumentando que las restricciones dificultan la vida cotidiana de los estadounidenses y complican el cuidado de su “precioso pelo”, aunque muchos saben que son implantes capilares.

Esta decisión retoma un tema recurrente para el mandatario republicano, quien ya durante su primer mandato intentó relajar las normas de eficiencia energética establecidas en la era de Barack Obama.

Posteriormente, el presidente Joe Biden restauró esos estándares, buscando reducir el consumo de agua y energía en los hogares, pero ahora, de vuelta en la Casa Blanca, Trump impulsa lo que califica como un regreso al “sentido común” y a la “libertad de flujo”, en oposición a lo que considera una regulación ambiental excesiva.

“Me gusta tomar una buena ducha. Tengo que estar en la ducha 15 minutos hasta que se moja mi cabello. Sale gota a gota. Es ridículo. Es mi pelo, ¡tiene que estar perfecto!”, expresó Trump durante la firma de la orden.

La medida instruye al Departamento de Energía a eliminar el límite de 2.5 galones (9.5 litros) por minuto por cabezal de ducha, una regulación vigente desde 1992. Con el cambio, cada boquilla de ducha podrá emitir ese volumen, lo que aumentará el flujo total en duchas con múltiples salidas.

La orden también afecta otros dispositivos domésticos como inodoros, lavadoras y lavavajillas, restableciendo las políticas impulsadas por Trump en su primer periodo presidencial.

En publicaciones anteriores en su red Truth Social, Trump había manifestado su deseo de recuperar normas que, según él, hacían la vida “más fácil y más americana”, criticando a Biden por revertirlas.

El republicano se ha caracterizado por un desprecio total del cuidado ambiental, con proyectos para priorizar los combustibles fósiles, la cancelación de la transición a energías limpias como solar o eólica, abandonando tratados internacionales y negando enérgicamente la existencia del cambio climático durante años.

 

La respuesta a esta medida no se hizo esperar. El Appliance Standards Awareness Project (ASAP), grupo que promueve la eficiencia energética, la calificó como “innecesaria, derrochadora y costosa”. Su director, Andrew deLaski, afirmó que “la mayoría de los cabezales de ducha ya tienen un buen flujo, y los consumidores están satisfechos. No hay un problema real que resolver”.

DeLaski también advirtió que el aumento en el flujo de agua incrementará los costos en las facturas de servicios y tendrá un impacto negativo en el medioambiente, especialmente en regiones del oeste de EEUU afectadas por sequías.

La Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha señalado que las duchas representan aproximadamente el 20 % del uso de agua en interiores y que limitar el caudal contribuye también al ahorro de energía, ya que calentar agua supone alrededor del 20 % del consumo energético de un hogar promedio.

 

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