Trump impulsa agresiva reforma fiscal del IRS para disminuir impuestos
Los republicanos creen que esto contribuirá al crecimiento económico, pero los demócratas advierten sobre posibles recortes a programas de gasto público
El presidente Donald J. Trump se ha reunido con altos representantes republicanos en el Congreso con el propósito de promover una profunda reforma fiscal que afectará la estructura del Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés). La iniciativa busca reducir de manera significativa los impuestos, incluso con mayor intensidad que durante su anterior administración.
El plan no solo pretende aliviar la carga impositiva de empresas y ciudadanos, sino que también busca hacer permanentes los recortes tributarios aprobados en 2017. No obstante, algunos legisladores de línea moderada han expresado su inquietud respecto al posible impacto que esta medida podría tener en el déficit fiscal y en la deuda pública del país.
Mientras que los republicanos sostienen que la reducción de impuestos contribuirá al crecimiento económico, los demócratas advierten sobre el riesgo de recortes en programas de gasto público. Además, la propuesta legislativa incluiría modificaciones en ciertos programas de asistencia social, una promesa clave del sector más conservador del partido.
Uno de los puntos de mayor debate gira en torno al papel del IRS y cómo estos cambios afectarían su capacidad de recaudación. La administración de Trump ha abogado previamente por la disminución de regulaciones fiscales, lo que podría traducirse en un relajamiento de la supervisión sobre contribuyentes y empresas.
Un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso estima que la extensión de los recortes impositivos generaría un incremento de 4.6 billones de dólares en el déficit federal en los próximos diez años. Actualmente, la deuda nacional de Estados Unidos asciende a 36 billones de dólares, lo que sugiere un posible agravamiento de la situación fiscal del país.
Consecuencias de la reducción de impuestos
Crecimiento económico: Rebajar los impuestos puede fomentar el dinamismo económico al incrementar el ingreso disponible de los ciudadanos y mejorar la rentabilidad de las empresas. En 2017, la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos redujo la tasa impositiva corporativa del 35% al 21%, incentivando la inversión empresarial y el retorno de capitales desde el extranjero.
Déficit fiscal y deuda pública: Sin embargo, la disminución de tributos puede traducirse en menores ingresos para el gobierno, lo que incrementa el déficit presupuestario y la deuda nacional. Diversos estudios han señalado que la reforma fiscal de 2017 no logró autofinanciarse con el crecimiento proyectado, ocasionando una merma considerable en la recaudación.
Desigualdad de ingresos: Los recortes impositivos suelen beneficiar principalmente a las grandes corporaciones y a individuos con altos ingresos, lo que puede acentuar la brecha económica. Si bien se argumenta que estos incentivos impulsan la inversión y el desarrollo, los beneficios tienden a concentrarse en los sectores más adinerados de la sociedad.
Inflación y política monetaria: Un estímulo fiscal derivado de menores impuestos puede elevar la demanda agregada, lo que, en un contexto de empleo pleno, podría generar presiones inflacionarias. El Fondo Monetario Internacional ha advertido que una combinación de recortes fiscales y aumento del gasto público podría impulsar la inflación, complicando el control de tasas de interés por parte de la Reserva Federal.
Inversión extranjera y competitividad: La reducción del impuesto corporativo podría volver más atractivo el mercado estadounidense para inversionistas extranjeros, mejorando la rentabilidad empresarial y optimizando el flujo de caja. Esto podría permitir a las compañías una mayor capacidad de autofinanciación y aumentar la retribución a sus accionistas.