Ver para creer: Santa Claus se pasea por el Boulevard de San Rafael
El peculiar disfraz llamó la atención de los transeúntes, los cuales se acercaron para poder tomarse una fotografía con “Papá Noel”
El Boulevard de San Rafael, ubicado en la provincia de La Habana, fue lugar de una particular vista, pues un hombre disfrazado de Santa Claus fue visto paseándose por las calles de la capital mientras era seguido por niños vistiendo atuendos navideños.
Según indicó un lector de Asere Noticias, el peculiar disfraz de esta persona llamó la atención de los transeúntes, con varios de los más jóvenes acercándose a ver.
De acuerdo con el testimonio de esta persona, varias personas se acercaron para poder tomarse una fotografía con “Papá Noel”.
El lector recalcó que, pese a las dificultades, hambre y miseria que se vive en estos momentos, había personas dispuestas a celebrar el espíritu navideño en Cuba, un país donde, irónicamente, esta festividad estuvo prohibida por muchos años.
La compleja historia de la Navidad en Cuba
La vista de este Santa Claus en el Boulevard de San Rafael puede no parecer la gran noticia, sin embargo, la compleja historia de la Navidad en Cuba hace que para muchos, la idea de esta figura paseándose por las calles de la Isla sea algo verdaderamente peculiar.
Esta festividad ha experimentado una evolución marcada por períodos de celebración, prohibición y posterior restauración, reflejando las dinámicas políticas y sociales de la Isla.
Antes de 1969, la Navidad era una festividad ampliamente celebrada en Cuba, con tradiciones que incluían misas, cenas familiares y eventos comunitarios. Sin embargo, en ese año, el gobierno de Fidel Castro decidió suspender las festividades navideñas, argumentando la necesidad de aumentar la producción azucarera y considerando que las celebraciones religiosas interferían con los objetivos económicos del país. Esta prohibición se mantuvo durante casi tres décadas, reflejando la postura oficial del Estado hacia la religión.
La situación comenzó a cambiar en la década de 1990, cuando el colapso de la Unión Soviética y la subsiguiente crisis económica llevaron al gobierno cubano a buscar nuevas alianzas y fuentes de apoyo. En este contexto, y como gesto hacia la comunidad internacional y el Papa Juan Pablo II, quien visitaría la Isla en enero de 1998, el gobierno de Castro decidió restablecer la Navidad como día festivo en 1997.
Esta decisión permitió a los cubanos retomar las celebraciones navideñas, aunque las manifestaciones religiosas públicas seguían siendo limitadas.
Desde entonces, la Navidad ha recuperado su lugar en la vida cultural y religiosa de Cuba. Las familias se reúnen para celebrar con cenas tradicionales, y las iglesias realizan misas del Gallo en la víspera de Navidad. Aunque esto último se ha complicado debido a la crisis económica en el país, la cual hace cada vez más difícil conseguir los alimentos necesarios para las fiestas decembrinas.
No obstante, las restricciones y la vigilancia sobre las actividades religiosas persisten, reflejando las tensiones entre la práctica religiosa y el control estatal en un país donde la libertad religiosa ha estado históricamente limitada.